viernes, 3 de junio de 2011

LOLA Y REME

Saludos, ciudadanos.

Lola y Reme son dos vecinas que solo tienen en común pisar el patio de la escalera en que habitan.

Lola vive sola desde hace años, sale poco y ajusta sus paseos en el exterior a lo estrictamente necesario para las compras
Saludos, ciudadanos.

Lola y Reme son dos vecinas que solo tienen en común pisar el patio de la escalera en que habitan.

Lola vive sola desde hace años, sale poco y ajusta sus paseos en el exterior a lo estrictamente necesario para las compras básicas. Eso le ha llevado a desarrollar
Saludos, ciudadanos.

Lola y Reme son dos vecinas que solo tienen en común pisar el patio de la escalera en que habitan.

Lola vive sola desde hace años, sale poco y ajusta sus paseos en el exterior a lo estrictamente necesario para las compras un carácter introvertido y diríase que hasta huraño. No suele participar de celebraciones sociales por considerar que en realidad hay poco que celebrar cuando una echa un vistazo al panorama que le rodea, y eso no hace más que alimentar su errónea aunque merecida fama de anacoreta rarita.

Reme por el contrario es extrovertida y jovial. No sabe lo que es un vaso medio vacío y siempre piensa en degustar el contenido del vaso medio lleno y gozar con el trago, sea de lo que sea. No le falta razón cuando considera que en ocasiones el agua insípida es tan necesaria como el potente y resucitador brandy. Reme no es ajena a la realidad y también piensa que lo que le rodea es un panorama negruzco, pero su manera de afrontar las vicisitudes es radicalmente distinta y nunca le ha faltado una sonrisa sincera y contagiosa con la que sobreponerse a los problemas.

Un lunes cualquiera, Lola salía a comprar verduras y Reme se disponía a almorzar con una amiga. Era cuestión de tiempo que el azar las uniese en el descansillo, y ese lunes sucedió.

Tras los obligados saludos y un mutuo qué bien te veo era patente que las dos se interesaron por conocer a la otra parte con legítima y fascinante curiosidad y ninguna lo disimuló. Al cabo del primer minuto, Lola se olvidó de sus verduras y la amiga de Reme iba a tener que esperar más de la cuenta para pedir menú si quería almorzar en compañía. Lola no solía compartir esos momentos, así que aprovechó la circunstancia de las recientes elecciones para explayarse con una ilustrada exposición de la realidad política, cosa que Reme agradeció como conversación puesto que también estaba interesada en el tema y siempre podría extraer algo positivo del intercambio.

Lola (Dolores) vino a decir que:

- Me duele ver cómo unos energúmenos uniformados apalean a unos pacíficos indignados.
- Me duele comprobar cómo algunos se toman la política (aunque sea local) como si hubiesen firmado un contrato blindado de cuatro años.
- Me duelen las muelas y estoy cabreadamente sobreexcitada.
- Me duele cuando los medios de comunicación no informan, sino deforman y adoctrinan.
- Me duele estar rodeada de votantes de un partido que tiene imputados en sus listas y que estén orgullosos de serlo y me duele que no existan indicios que puedan paliar o evitar esa tendencia.

Reme (Remedios) no pudo más que tomar aire, encogerse de hombros, mirar al infinito y decir:

- No sé, chica... para lo de las muelas tengo Nolotil.

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