domingo, 13 de noviembre de 2011

LOS RECORTES EMPIEZAN A DAR SUS FRUTOS, SE PARALIZA EL CRECIMIENTO.

Hoy hemos recibido con resignación las cifras de crecimiento del tercer trimestre. A muchos les han sorprendido estos datos puesto que la campaña turística ha ofrecido unos resultados más que notables y el ritmo de las exportaciones se mantiene en un nivel más que aceptable. A algunos no nos ha sorprendido lo más mínimo puesto que ya preconizábamos que la política de recortes emprendida tras las elecciones autonómicas iba a tener como consecuencia inmediata un retraimiento del consumo interno y un inmediato crecimiento del paro.


Pero esto es solo el principio de lo que se nos viene encima en el caso de que el PP obtenga la victoria en los próximos comicios del 20-N. De momento solo en las comunidades autónomas gobernadas por los populares se ha empezado a aplicar su siniestro mantra de recortar, recortar y recortar, y todo esto con  el comedimiento que la coyuntura electoral implica.

El PP y el PSOE, entregados al recetario básico neoliberal, no son capaces de asumir la vorágine recesiva que implica su estrategia de recorte del gasto público ni tampoco de implementar medidas que sirvan para generar empleo con el nivel de calidad suficiente como para mantener el nivel de ingresos necesarios para sustentar las estructuras del estado.

Las matemáticas son tozudas y si se continúa con la dinámica de los recortes y con la generación de desempleo que ello implica es evidente que la economía seguirá contrayéndose y los ingresos del estado disminuyendo.

Creo que es el momento de buscar fórmulas diferentes, momento de hacer que los que menos han sufrido la crisis empiecen a colaborar para salvar esta situación y conseguir reducir drásticamente la cifra de paro y alimentar el crecimiento de la economía. Uno de los caminos más directos para lograr alcanzar estos objetivos es el reparto del trabajo a través de una reducción de la jornada laboral.

La economía española está demostrando ser competitiva en el exterior, de hecho son la exportación y el turismo los pilares que la están sujetando, siendo el consumo interno lo que la está lastrando fruto de la reducción del poder adquisitivo que padecemos en los últimos años y del crecimiento del paro merced a la nefasta burbuja inmobiliaria surgida al amparo de la reforma de la ley del suelo realizada en 1.998 por el gobierno Aznar.

Parece ser que la contención salarial, la reducción del gasto público, la reforma laboral, la reforma constitucional y el resto de medidas tomadas del absurdo recetario neoliberal el único resultado que ofrecen es la contracción de la economía.

20-N, el momento de romper definitivamente con los siervos del neoliberalismo. Se consecuente, actúa difente.

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