viernes, 19 de agosto de 2011

¿PARA QUE SIRVEN UN REY Y UN PAPA?


Esta mañana se han reunido el rey de España y el papa, dos jefes de estado, uno de ellos, además, representante de un dios en la Tierra, casi nada. El poder terrenal y el poder divino unidos para luchar por la felicidad de los hombres. Nada que temer, el final de las estrecheces se acerca, esos dos ancianos resolverán nuestros problemas. 

¡Viva el papa! ¡Viva el rey!

Los súbditos del reino de España, henchidos de satisfacción, alaban a tan magníficos seres. Seguro que de su encuentro nos sacan de la crisis y, de rebote, acaban con la hambruna en Somalia.

Es algo tan evidente que hasta los protestones del 15-M van ha dejar las calles y de tal guisa los antidisturbios serán los encargados de distribuir los alimentos en las exhaustas tierras del cuerno de África.

Yo, particularmente, no he dejado de morderme las uñas desde que se ha iniciado la reunión, son tantas las expectativas, tantos los anhelos, tanta la confianza que he depositado en ellos que, a buen seguro, las consecuencias de sus resoluciones y desempeños superan ampliamente los deseos de la ciudadanía.

¡Viva el papa! ¡Viva el rey! ¡Vivan los esforzados antidisturbios!

Se nota, se siente, la solución está presente. Que grandes son, cuanta sabiduría acumulan, que clarividencia, solo ellos podían hacerlo.

Miradlos, por allí salen, que hermosos en su senectud, ardo en deseos por escuchar o leer las conclusiones de su encuentro.

"El Papa y el Rey piden encontrar salidas a la insatisfacción juvenil". 

¡¿Ein?! ¿Eso es todo? ¿Una vaga petición concreta todo el poder celestial y terrenal que representas estos señores? ¿Tanto boato, tanto uniforme, tanto carcamal disfrazado, tanta policía, tanta algarabía, para terminar soltando semejante perogrullada?

Pues estamos "apañaos" con estos dos.

Lo que más me duele de esta situación es que tendremos que seguir recibiendo hostias de modo indiscriminado por parte de los antidisturbios puesto que, a pesar de estos dos prebostes, los problemas continúan, la ineficacia de nuestros dirigentes sigue patente, el expolio de lo público se mantiene, los parados eternizan su condición, los recortes no cesan ergo, la lucha y las protestas continuarán.

¿Será posible que un papa y un rey solo sirvan para soltar memeces?

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